Postales del conflicto
vereda Manzanares
Caramanta, 2001
Construyó una casa en la porción del terreno que le dejó su padre y trabajó la tierra sola. Sembraba plátano, cacao y, sobre todo, café. Para la cosecha llegó a tener hasta 15 trabajadores y comercializaba en la Federación de Cafeteros del Municipio de Valparaíso. La presencia de actores armados como la guerrilla y los paramilitares empeoró el orden público de la zona, comenzaron a robarle constantemente el café e incluso, una vez le administraron escopolamina para poder llevárselo. Ella presentó varias denuncias ante la inspección de Policía y lo único que ocurrió fue que unos hombres la buscaron para amenazarla. El 11 de noviembre de 2001, se vio obligada a abandonar el predio, pero dejó encargado a un conocido, él se encargó de cuidar la finca, cultivar y comercializar el café y dividían las ganancias. Aproximadamente un año después, un grupo armado ilegal le ofreció unas libras de carne de res que habían hurtado, pero él se negó a comprarlas y fue asesinado. Para que la finca no se quedara sola, su hijo volvió para trabajar la tierra y administrar el cultivo de café, pero al poco tiempo fue asesinado junto con un primo. Desde entonces el predio está abandonado como muchos en las veredas aledañas.
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